Escala Diatónica | Qué Es, De Dónde Viene Y Cómo Se Construye

La escala diatónica es la escala básica, o escala natural en la música. Es cualquier disposición por pasos de los siete tonos naturales que forman una octava sin alterar el patrón establecido de una tonalidad o modo, en particular, las escalas mayor y menor natural. Por ejemplo, si comienzas en C y tocas las notas blancas del piano en orden hasta el próximo C, acabas de tocar una escala diatónica.

Algunas escalas, incluidas las escalas pentatónicas y de tono completo, no son diatónicas porque no incluyen los siete grados.

La escala diatónica es una escala muy importante. De todas las escalas de siete notas posibles, tiene el mayor número de intervalos consonantes y el mayor número de tríadas mayores y menores. La escala diatónica tiene seis tríadas mayores o menores, mientras que todas las escalas primarias restantes (la armónica menor, la armónica mayor, la melódica y la doble armónica) tienen solo cuatro tríadas mayores o menores.

Esta es la única escala de siete notas que tiene un solo tritono (cuarta aumentada / quinta disminuida). Todas las demás escalas tienen dos o más tritonos.

La escala diatónica y la escala melódica son las únicas escalas que tienen solo dos tipos de segunda: la segunda mayor y la segunda menor (representadas por un tono completo y un semitono, respectivamente). Todas las demás escalas también tienen un paso de segunda aumentada representada por un paso de tres semitonos.

Historia

Escala Diatónica

En la música medieval y renacentista, ocho modos de iglesia dictaron la organización de la armonía musical. La armonía diatónica surgió gradualmente, en forma de numerosas excepciones a las reglas de los modos de la iglesia. En el siglo XVI, el humanista Henricus Glareanus propuso dos modos adicionales, Eólico y Jónico, basados en A y C, respectivamente, e idénticos en todos los sentidos a las escalas mayores y mayores naturales modernas; Este fue el primer reconocimiento de la validez de los modos diatónicos.

Desde mediados del siglo XIX la música diatónica comenzó a dar paso a una música más característicamente cromática y más armónicamente compleja en las obras de Richard Wagner, Franz Liszt y muchos otros.

Los modos de la iglesia pueden considerarse variantes diatónicas más antiguas del sistema mayor-menor. Ciertamente, las escalas diatónicas ocurren mucho más allá de los límites de la música del arte occidental, incluso en la monofonía popular europea y estadounidense (música no acompañada con una sola línea melódica), así como en algunos tipos de música africana y asiática.

A pesar de la complejidad de las técnicas de composición que se desarrollaron durante el siglo XX para la música que no es tonal, el sistema diatónico se mantuvo firmemente establecido en todo el mundo a comienzos del siglo XXI, tanto en la música artística como en la música popular.

Construcción de la escala diatónica

La escala principal puede expresarse en un patrón de dos grupos de cuatro notas adyacentes (a veces denominados tetracordes), cada uno de los cuales comprende dos pasos de tono completo rematados en medio tono, de modo que los medios tonos se producen entre los grados III-IV y VII-VIII.

En la escala menor natural, los medios tonos se producen entre los grados II-III y V-VI. Sin embargo, dada la importancia crucial del llamado tono principal (el séptimo grado de la escala mayor) en la armonía diatónica, la escala menor natural se somete regularmente a la alteración cromática de su Séptimo grado (la forma armónica menor) y con frecuencia también el sexto grado (la forma melódica menor de la escala, utilizada en una melodía ascendente).

La armónica menor no es, en rigor, realmente una escala; Normalmente se usa no melódicamente, sino como un conjunto de fuentes para construir la armonía. El tetracorde superior de la escala menor melódica ascendente es idéntico al de la escala mayor. Es la escala menor natural que define la tonalidad; los grados alterados se indican mediante signos accidentales aplicados.

Los acordes en armonía diatónica se generan a partir de las escalas mayor y menor mediante la construcción de tríadas en cada uno de los grados de escala diatónica. Los grados de escala y las tríadas se identifican con los mismos nombres, y las tríadas se pueden representar con números romanos. Los siete nombres son (I) tónica, (II) supertónica, (III) mediante, (IV) subdominante, (V) dominante, (VI) submediante y (VII) tono principal.

Modelo diatónico

La escala diatónica, como modelo, se contrasta con la escala cromática de 12 tonos, correspondiente a las notas blancas y negras del teclado del piano consideradas juntas. Las diferentes escalas que pertenecen a las 12 tonalidades mayores y 12 tonalidades menores incluyen estas diferentes notas en blanco y negro, pero siempre solo 7 a la vez.

Un signo accidental delante de una nota normalmente significa que el tono está anotado como el sexto o séptimo grado de la escala menor, o que el tono es un tono cromático (no pertenece a la escala diatónica particular que se usa en la armonía del momento). Los tonos cromáticos, por muchas razones diferentes, abundan en casi toda la música compuesta después de 1600, aunque la mayoría de la música de la época es diatónica de forma transparente.

Escala mayor diatónica

La escala principal y sus tríadas se pueden representar numéricamente como: 1 2 3 4 5 6 7 o en acordes: I ii iii IV V vi vii0

Entonces, si la tónica es C, la escala consistirá en las siguientes notas y tríadas: c d e f g a b o en acordes: C d e F G a b0

Hay semitonos entre los grados III y IV y entre los grados VII y VIII, y hay tonos completos entre todas las demás notas adyacentes. Usando este patrón, se puede construir una escala mayor en cualquier nota de inicio.

La escala principal es muy efectiva para producir una función tónica fuerte en el acorde principal construido en su nota de inicio. El único otro acorde que es capaz de ejercer cualquier función tónica es el acorde de VI. Este acorde se usa a menudo como el final en una cadencia engañosa. Aporta resolución, pero todavía existe la sensación de que no se ha producido una resolución completa que eso solo se logra con la llegada a I.

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